Nacido en Santiago de Chile, el escalador nacional de 39 años se ha creado un nombre en la escena deportiva, sumando grandes hitos en su carrera, como haber sido el primer chileno en encadenar La Rambla un 9a+, el año 2018, y el ascenso en Sankukai un 9a, ubicado en Francia, durante el año 2013.
Tomás, a pesar de estar retirado actualmente, sigue siendo un referente para muchas escaladoras/es y continúa influyendo en el mundo de la escalada, de la mano de sus gimnasios Gravity Boulder Mall Sport, Gravity Talca y Bhanga Climbing, los que se ubican en distintas localidades del país. Además, esta temporada se encuentra realizando la Liga Gravity Mall Sport, torneo de boulder correspondiente a la liga recreativa más grande del país.
Entrevista:
Estudié la carrera de educación física, pero me retiré de la U en mi segundo año. Me gusta hacer varias cosas, como andar en bicicleta, el enduro y el mountain bike. También me gusta el Jiu-Jitsu y andar en esquí. El ajedrez lo juego harto. En cuanto a música, me gusta el rock, aunque tampoco soy una persona que escuche mucho; el reggae también, todo depende del estado de ánimo – dice entre risas-
Empecé en la escalada durante el año 2005. Mi hermano más grande, el Pablo, empezó a administrar un gimnasio de escalada, el Climbing Planet, que quedaba en Condell con Bilbao, y él metió a mi hermano del medio, el Raúl. Yo y Raúl, andábamos en bicicleta, pero se lesionó la muñeca, entonces no pudo seguir andando, por lo que empezó a escalar y él me metió a mí.
Me llevó a probar una vez, me gustó, estuvo bueno. Pero después no fuí a practicar como en dos meses. Luego volví a ir y ahí “enganché”. Estudiaba y practicaba escalada, eso me duró cerca de un año y medio. Después en 2008 me fuí a Europa por tres meses para escalar en roca, y fue ver otro mundo, conocer a más gente, ver cómo escalaban en otros lados. Me sirvió para ampliar mi visión sobre la escalada, para aprender y seguir mejorando.
En un principio era casi todo el mundo, pero los qué más me motivaban eran mis amigos y la gente que me enseñó a escalar. Trataba de aprender todo lo que pudiera, de todos. En términos de competencia, Ramón Julián fue mi referente. Él era como una inspiración, porque ver lo pequeño que era y cómo ganaba todo, como entrenaba, el esfuerzo, la disciplina, todo eso me inspiraba mucho de parte de él.
En 2013 te convertiste en el primer chileno en lograr encarar con éxito un 9A, y luego en 2018 con un 9A+, ¿cómo lo describirías?
Esos fueron mis peak de motivación, donde estaba enajenado con la escalada. Realmente quería aprender todo sobre eso, y estaba muy motivado, y básicamente fue producto de una determinación, un trabajo constante, de mucho esfuerzo, de mucho empuje y resiliencia también. Entonces fue bonito poder lograr un objetivo que en un minuto parecía algo imposible de hacer. Te abre el mundo en ese sentido, a la vida y a saber que la consciencia que tenemos, si podemos ampliarla y ver más allá, las cosas se pueden lograr y se van convirtiendo en realidad. Esa es la experiencia más bonita que me dejó todo esto.
No escalo desde el año 2018, ahí dejé de escalar a nivel profesional. He tenido dos lesiones, la misma en ambas manos, por falta o desgaste de cartílago se rompió el hueso. Entonces, desde 2018 a la fecha me he dedicado a la empresa, a trabajar en ChileClimbers, en el muro Mall Sport, en Gravity. Hemos construido dos gimnasios de boulder, entonces básicamente ha sido trabajar, y el tiempo que no he tenido para escalar porque he estado lesionado, lo dedico a andar en bicicleta por las tardes generalmente. Pero no he podido retomar la actividad física ni el deporte como me gustaría.
En mi carrera me he lesionado varios dedos. El dedo del pie me lo lesioné en “estado crítico”, calentando. Era una escalada muy vertical, mucha placa, mucha regleta y yo usaba las zapatillas muy apretadas, por lo que en un calentamiento mi dedo crujió feo. Ahí estuve cerca de ocho meses lesionado y me costó mucho sanar. Después tuve una caída en bicicleta donde se me quebró el pedal, y también me lesioné el mismo dedo, entonces ahí tuve una pequeña fractura, por lo que me tuve que operar y poner un perno para volver a poner el hueso donde estaba. Entre esa lesión y la de las dos manos en ambos dedos del medio, no he podido retomar la actividad a full.
Las recuperaciones han sido lentas, me operé el 2019 una mano, después me operé hace seis meses la otra. Entonces entre todo ese tiempo, con el trabajo, los nuevos muros y otras lesiones, porque tuve también un corte de ligamentos acromioclavicular en la bicicleta, donde me corté todos los ligamentos del hombro, entonces otra recuperación. Ha sido harta pega desde el 2018, por lo que el deporte, al nivel que lo hacía antes, ha quedado un poco de lado.
Diría que es muy difícil si no existe el apoyo constante, en cuanto a recursos para entrenar y para viajar. También en el conocimiento que deben tener los entrenadores para poder traspasar esta información a los atletas, para que puedan mejorar más rápido y tener un mejor rendimiento. Hay una precariedad grande en Chile respecto a eso. Por otro lado, como es un deporte nuevo y no hay mucho impulso ni apoyo por ningún lado, es súper difícil tratar de desarrollar el deporte más rápido. Va desarrollándose más lento, entonces la mentalidad es distinta, el enfoque es distinto, el conocimiento que se tiene no es el más adecuado para lo que hacemos; entonces entre todos esos factores uno ya viene atrasado y esto hace que uno vaya aún más atrasado que la competencia. A mayor conocimiento, es más fácil ir descifrando las maneras de aprender más rápido.
Nos ha ido bien. Abrimos un gimnasio en Talca, el Gravity Talca, que es una sala de boulder. Ese es un gimnasio que trajimos de afuera, es un muro europeo que es armable y desarmable, así que eso ha sido súper bueno para masificar y hacer crecer la escalada por Talca.
Tenemos el Gravity Santiago, en el Mall Sport. También ha sido todo una travesía, dos años de pega contando todo el proyecto, incluso un poco más. Ha sido mucho trabajo, ahora estamos recién terminando la infraestructura, donde nos queda cerrar el techo por completo. Estos últimos cuatro años de puro trabajo, ponerle bueno y construir nuevas cosas. En ese sentido ha sido muy desgastador, pero también muy enriquecedor por otro lado.
Yo creo que ya se ve un poco que todo está tendiendo a tener el nuevo estilo de escalada con presa grande, de competencia, movimientos dinámicos, de mucha coordinación. Creo que va un poco para allá.
Ahora también está de moda el tema de los board, entonces está el moonboard, está el kilterboard, que también son herramientas súper efectivas para poder mejorar en la escalada y con un enfoque mucho más específico, que puede hacer que se le saque mucho más provecho en roca, que es lo más común en competencias de escalada o en aperturas más comerciales.
Se han abierto muchos gimnasios y la escalada está creciendo, pero todavía no hay una masificación real, como uno ve en otros países. Ahora uno ve las competencias nacionales y no va gente, entonces faltan aún recursos, falta aún más motivación por parte de las marcas. Pero de ahí se va construyendo de a poco, creo que se ha hecho un tremendo avance igualmente, desde que empecé a escalar hasta ahora, la velocidad ha sido 10 veces más rápido de lo que había anteriormente. Hubo un gran cambio.
Tampoco sé bien la historia para atrás, pero la escalada tuvo un desarrollo grande en términos de los movimientos, la apertura, de la parte comercial, las presas, todo el mercado y productos de la escalada son carísimos. Creo que la escalada va a seguir creciendo y estoy muy feliz de poder entregar eso a la gente.